viernes, 11 de julio de 2014

Risexterapia... ¡y adiós malos rollos!

Dicen que el sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír. Claro que, si practicar sexo es ya de por sí placentero, mezclar caricias con carcajadas es todavía más sano y reparador. La risa seduce y engancha, como el sexo, que es juego y diversión. Y cuanto más y mejor actividad sexual tienes, de más buen humor estás. La risexterapia es una técnica que une risoterapia y sexualidad: descúbrela, tómatela en serio y ¡disfrutaaaaaaa!

Endorfinas
Conocidas como el elixir de la felicidad, las endorfinas son las hormonas que segregamos de forma natural al reírnos, cuando practicamos deporte, cuando comemos chocolate, o cuando nos enamoramos y tenemos sexo. Estudios científicos han demostrado que algunos de sus beneficios pasan por ayudarnos a reforzar el sistema inmunitario y calmar el dolor.
Pero la risa, máxima responsable del incremento de endorfinas, no siempre viene sola. A veces hay que ir a buscarla. De hecho, dice la teoría de la risoterapia, si ríes durante un minuto sin razón, aunque sea sin ganas y de manera forzada, cada vez habrá más razones para reírse, y la carcajada será más natural. O, lo que es lo mismo, finje hasta que suceda de verdad. De ahí que Ana Sierra, sexóloga risoterapeuta, y especialista en talleres de Risexterapia, destaque las virtudes de unir sexo y risa.
La risexterapia consiste en aplicar técnicas de risoterapia con connotaciones sexuales: "El sentido del humor puede servir para mejorar nuestra autoestima, para potenciar el sexo con nuestra pareja, o incluso para superar situaciones de estrés causadas por disfunciones sexuales", señala Sierra.
¿Cómo introducir la risa en la cama sin que esto signifique tomarse el sexo a cachondeo? Pues a través de ejercicios sencillos con los que es posible generar vínculos de complicidad con tu partenaire.

Mejora el sexo

"La risa es como un pegamento para la pareja", subraya Sierra. Soltar carcajadas sirve para "suavizar enfados, trabajar la empatía, y sumar experiencias positivas y alegres compartidas". Los juegos de roles y disfraces te permiten imaginar que eres otra persona. Dejar volar la imaginación es liberar tensiones y abrir la puerta a aquello que no harías en tu rol de pareja habitual. Si la interpretación es en clave de humor, mejor.

La meditación de la risa se basa en soltar carcajadas forzadas y cortarlas de repente. Esto, señala Sierra, "genera más ganas de reír aún y activa el deseo y la complicidad. En la cama, miraos muy serios el uno al otro y aguantando la risa, hasta que volváis a reír. Hacedlo unas tres veces seguidas". Ya veréis como una cosa llevará a la otra.

Superar conflictos
La anorgasmia, la eyaculación precoz, o la falta de excitación son disfunciones sexuales que están directamente asociadas al estrés, la ansiedad, o a malos hábitos en este terreno. Pero todas estas disfunciones, aunque tengan también un origen físico, pueden suavizarse con la terapia de la risa.
Ayúdate de velas, incienso, música suave y todos aquellos elementos que generan un clima íntimo y placentero. Intenta poner en práctica la técnica de los masajes placereados, que Sierra define como caricias focalizadas en las sensaciones,
También puedes probar el juego del globo, que consiste en lo siguiente: ponéis un globo entre vuestros cuerpos desnudos (o vestidos, esto es a gusto del consumidor) y lo vais subiendo y bajando, de la rodilla a la frente, sin usar las manos. Acabaréis realizando movimientos divertidos y a la vez eróticos, que pueden culminar con una divertida guerra de globos.
Si el problema de tu chico es que no consigue excitarse, os lo podéis pasar bien igual, y quizás sin darse cuenta él termine con una erección. Ah, si os grabáis en vídeo, cualquier otro día podéis utilizar estas imágenes para reíros e inspiraros. 

Ríete tú sola
Reírte de ti misma es importante, ya que, según Sierra, "muchas veces tenemos problemas sexuales porque sentimos verguenza de nosotros mismos o porque nos sentimos ridículos. Reírnos de nosotros mismos nos servirá para reforzar nuestra autoestima".
¿Cómo hacerlo? Muy sencillo, puedes hacer el ejercicio de la cañita, con el que debes morder una caña de plástico entre los dientes y a la altura de las muelas.
Aprovecha el momento de la ducha, y cada mañana haces este ejercicio, con el que estarás forzando la sonrisa, pero al mismo tiempo estarás alimentando el cerebro de endorfinas, y cambiando tu actitud. Esto hará que te sientas más guapa, más segura, y más positiva.
Cuanto más te rías tú sola, más conseguirás hacer sonreír a los demás. Al fin y al cabo, la carcajada es el arma de seducción más eficaz.

fuente http://www.womenshealth.es/

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