miércoles, 2 de julio de 2014

3 Reglas para un desayuno saludable

1. Que sea alcalino



No empieces el día con un desayuno ácido. Evita las frituras, el jitomate, el exceso de azúcar y la cafeína. Si necesitas despertarte, come una manzana o un té, ya sea blanco o de algún cereal, tienen el mismo efecto que un café, pero son más sanos y menos agresivos para tu estómago. 
Si por las mañanas te despiertas con mal sabor en la boca, estás siguiendo una dieta demasiado ácida. Toma en ayunas una limonada tibia, sin azúcar, y empieza a sentirte mejor. 

2. No combines dulce y salado


Si vas a desayunar algo dulce, no lo combines con algo salado. Cuando hace mucho calor o después del gimnasio es bueno desayunar fruta. Procura que sea una sola fruta y no comer nada más.  
Puedes hacerte un plato de fruta, o un jugo o una malteada, pero si además te comes un sandwich o un par de huevos, por ejemplo, deja de ser un buen desayuno.
Los azúcares de las frutas pasan muy poco tiempo en el estómago porque son fáciles de digerir —por eso es que son un aporte rápido de energía—. Pero si el estómago está ocupado con otros alimentos, entonces estos azúcares se fermentan y provocan inflamación. 
Si crees que desayunar sólo fruta no será suficiente, deja pasar 20 minutos entre la fruta y el resto de tu desayuno. 

3. Que no falten grasas y proteínas

Cuando nuestro cuerpo está activo es cuando más necesita de proteínas. Algunas personas prefieren algún producto animal en las mañanas, como puede ser huevo o un lácteo; otras prefieren mantener el desayuno vegetariano. Si es así, los cereales combinados con alguna legumbre (dos cucharadas de lentejas).
Cereales y legumbres, combinados, le dan al cuerpo todas las proteínas que necesita.  
El consumo de grasas también es importante, sobre todo si se realizan actividades intelectuales. Las grasas son el motor del cerebro. Puedes comer algunas nueces o una rebanada de pan con aceite de oliva


Fuente: About.com

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